“…para que ellos sean santificados en la verdad. Dijo Jesús. Jesús buscaba santificación para sus discípulos, Él mismo oraba al Padre para que ellos fueran santificados. Su Misión no podría llevarse a cabo con hombres del mundo, Jesús se aseguró al máximo para que esto fuera verdad en cada discípulo. Jesús también oró en esa ocasión por nosotros en la actualidad, esa misma santificación que cobijó en ese tiempo a los discípulos, es la misma que nos cobija hoy. Nosotros en Satura Naciones estamos dispuestos a vivir a la altura de lo que esto realmente significa. Jesús deja una Tarea en Satura que requiere de santificación, y estoy seguro que estamos dispuestos a pagar el precio por ella. Este costo puede implicar una fuerte restricción de todos nuestros intereses terrenales y un amplio enfoque de todos nuestros intereses en Dios. La santificación significa estar concentrados profundamente en el punto de vista de Él. Significa resguardar y mantener toda la fuerza de nuestro cuerpo, alma y espíritu, únicamente para el propósito divino. Estamos dispuestos a que Dios haga en nosotros todo aquello para lo cual nos apartó.
Pero además Jesús nos deja otro modelo: “Por ellos yo me santifico a mí mismo…“, ahora nuestra pregunta honesta surge, estamos dispuestos a santificarnos nosotros mismos para Dios, así como lo hizo Jesús, con el objetivo que nuestros Hijos de Paz sean santificados en la verdad de Dios? O, solamente nos santificamos para nuestra salvación y llevar a cabo una buena actividad en el ministerio.
En Satura luchamos mucho por hacer ese Hijo de Paz, y no podemos dejarlo a merced de circunstancias espirituales buenas y malas que se moverán en torno a él, debemos dejar ese sello que garantiza el éxito de nuestra misión, que es nuestra santificación por la santificación de ellos. Esto ya tiene un propósito diferente.
Sin embargo, puede suceder que algunos de nosotros no hemos participado de la experiencia de la santificación, porque no hemos entendido su significado desde la perspectiva divina. La santificación significa ser hechos uno con Jesús, de tal forma que la naturaleza que lo controlaba a Él, nos controle a nosotros también.
Carlos Yomayusa Monroy
Satura Colombia
Bogotá