Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos… Dijo Jesús. Jesús quiso que Sus discípulos le obedecieran. Pero juntamente con esta verdad, también buscó que Sus discípulos descubrieran la experiencia más profunda de Su Santo Espíritu. Pues al recibir el Espíritu ellos conocerían el Amor de Dios por un mundo perdido. Los discípulos entendieron que no se limitaban a cumplir una ley, sino que respondían a Alguien que los amaba y que estaba dispuesto a entregarse por ellos. A la luz de lo anterior, para nosotros que somos Su Iglesia, podemos entender cuando el Hijo pasa a ocupar el lugar del mundo pecador, entonces vemos el valor de la cruz. La cruz de Cristo era inevitable, porque así como el hombre tenía que morir por razón del pecado, así Dios por razón de Su Amor tuvo que enviar a Su Hijo a que muriera en nuestro lugar.
Así es el Amor. Siempre se entrega. Si se anda con preocupaciones o afanes, entonces no es Amor. Es ministerio. En Satura Naciones tenemos claridad en este respecto. Hoy, alcanzar comunidades no alcanzadas, es la extensión del infinito Amor de Dios aquí en la Tierra; en este sentido Jesús nos muestra con toda claridad el significado “de tal manera amó Dios…” Significa que Dios dio todo lo que tenía a los que amaba, incluso Su Hijo Unigénito. Y para Jesús, el encarnar ese Amor significó renunciar al derecho que tenía de vivir, para dar Su vida por el mundo, y hoy nosotros en Satura por amor formamos parte de ese significado: amar y proclamar ese Amor al mundo perdido.
El Amor infinito de Dios sólo puede manifestarse en un modo infinito, a través de nuestro amor por los perdidos…
Carlos Yomayusa M.
Satura Colombia
Bogotá