“No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné
para qué vayan y den fruto, un fruto que perdure…” dijo Jesús. Jesucristo escogió una
pequeña compañía de hombres y mujeres, comunes, sencillos, humildes. Los unió con
lazos irrompibles de amor y fe y los mandó a conquistar el mundo. En el momento
supremo de su ministerio, Jesús intercedió ante el Padre orando así: “la Gloria que
me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno”.
El apóstol Pablo confirma este hecho, manifestando, “porque nosotros somos colaboradores de
Dios”. En Satura Colombia estamos unidos en un solo corazón, un solo sentir, una sola
visión. Somos un equipo de hombres y mujeres unidos para convertirnos en el cuerpo de
Cristo, y de la misma manera que utilizamos nuestro cuerpo como instrumento de
nuestra mente y voluntad, lo mismo es para el Reino de los Cielos. Jesús no tiene
manos en la Tierra con las cuales realizar el trabajo, si no son las manos de
nosotros sus discípulos, tampoco tiene pies para caminar excepto los pies de los que
caminamos por Él, ni tiene labios para hablar, si no son los de aquellos que damos
testimonio de Él. Por eso es que nuestro equipo Satura es un equipo muy especial, no
podemos funcionar sin la bendición y compañía del otro. Así hemos llegado a amarnos,
respetarnos, en la unidad, como miembros útiles, únicos en esta gran tarea asignada
por Jesús.
Los amo mis amados hermanos y hermanas y me siento orgulloso de pertenecer
a este maravilloso equipo de hombres y mujeres, imperfectos, humanos, débiles, pero
fortalecidos con un inmenso corazón conforme al corazón de Dios!
Carlos Yomayusa M.
Satura Colombia
Bogotá