“Ustedes no me eligieron a mí, yo los elegí a ustedes. Les encargué que vayan y produzcan frutos duraderos…” Dijo Jesús. Es importante esperar resultados en el discipulado espiritual. Si realmente se espera que el Hijo de Paz crezca, madure y alcance a ser un discípulo eficaz del Reino de Dios, se debe fijar metas y objetivos específicos y esperar resultados en el discipulado personal. Si realmente se espera que él crezca y llegue a ser fructífero, hay una gran posibilidad de que así sea. Hay que crear desde el comienzo un tipo de atmósfera de expectativa, para que sepa que de él se esperan muchas cosas. Veamos la actitud del apóstol Pablo referente a sus discípulos, “Mis amados hermanos, estoy plenamente convencido de que ustedes están llenos de bondad. Conocen estas cosas tan bien que pueden enseñárselas unos a otros…” El mismo Jesús confiaba que sus discípulos llegarían a ser efectivos y fructíferos en su servicio, a tal punto que arriesgó el futuro de la Iglesia en base a su fidelidad. Hay que darle responsabilidades al Hijo de Paz que lo motiven y le fuercen a volverse a Dios para pedirle ayuda. La mejor estrategia para discipular a un Hijo de Paz es presionarlo (en el buen sentido) en busca de algún resultado tan lejos y tan rápido como sea posible. Es mejor errar por dar demasiadas responsabilidades a un Hijo de Paz, que por darle demasiado poco. Dar responsabilidades desarrolla un espíritu receptor de la enseñanza, él hará lo mismo con otros porque así fue enseñado. Se deben definir claramente las metas y ser capaz de comunicarlas bien, eso da un sentido de orientación hacia donde se quiere llegar con el discipulado, y el resultado no se hará esperar.
Todo esto rodeado de mucho amor y sobre todo de profunda oración pues estos son elementos básicos en el discipulado. En Satura hablamos siempre de todo esto, a tal punto que ya se está convirtiendo en un hábito en nuestro ministerio, esto implica que sabemos dónde estamos y hacia dónde vamos, pues estos son factores básicos, porque para establecer metas y resultados a otros es deber tenerlas primero establecidas para nosotros mismos.
Carlos Yomayusa Monroy
Satura Colombia
Bogotá
A amén amén Muchísimas gracias Que el Señor les bendiga grandemente