SATURA LIBERTAD – Discipulado Celestial

 

 “No tengo mayor gozo que éste, el oír que mis hijos andan en la verdad”.

(3 Juan 4)

En este versículo, Juan está tratando sobre cómo se sintió al ver el crecimiento en Cristo de la gente a quienes él personalmente había enseñado y nutrido en la fe. Da a entender que encontraba mayor gozo en una atención personal espiritual efectiva de un nuevo cristiano que en cualquier otra fase de su ministerio. La alegría que experimentaba sobrepasa aún la alegría de ver que alguien era salvo. Este es un gozo que muy pocos cristianos están experimentando hoy. Menos del uno por ciento de los que profesan ser cristianos hoy han estado envueltos en la tarea del discipulado personal. Hacer discípulos no es tan fácil, exige atención constante, casi como un padre les dedica a sus hijos. Esto es algo que ninguna organización o institución puede dar. Los hijos no se educan por sí solos, un discípulo tampoco. El ejemplo de Jesús enseña que sólo lo pueden hacer personas que permanecen con aquellos a quienes tratan de guiar.

Muchas iglesias sin duda han fracasado en este aspecto, se habla mucho de la evangelización y la educación cristiana, pero hay poca preocupación por involucrarse en forma personal cuando ve que tal cosa implica un sacrificio de orden personal. Estas iglesias meramente insisten en que los nuevos creyentes asistan a clases de fundamentos o verdades básicas que suelen ofrecerse una vez por semana durante uno o dos meses. Pero el resto del tiempo el nuevo creyente no tiene ningún contacto con alguien de forma personal para su alimento y crecimiento cristiano, a excepción de la asistencia a los cultos y escuela dominical de la iglesia.

A no ser que el nuevo creyente, si ya se ha convertido, tenga un padre o amigo espiritual que llene ese vacío en una forma genuina, queda por su propia cuenta en hallar soluciones para la cantidad de problemas prácticos con los que se va a encontrar en su nueva vida, que normalmente tienen efectos desastrosos para su incipiente fe.

Es por eso que muy pocos llegan a tener ese resplandor de la auténtica experiencia cristiana.

Ahí entra Satura, quien enfatiza en las iglesias el trabajo de la atención espiritual personal del nuevo creyente, desarrollando métodos de atención espiritual personal en esta tarea tan vital de aprender para crecer y para enseñar a otros. Esto significa que Satura ofrece a las iglesias un medio por el cual se le da al nuevo creyente un amigo-mentor a quien él siga hasta que llegue el tiempo en que él mismo pueda guiar a otro. Es decir darles un líder a quien seguir. Y así, el gozo que experimentaba el apóstol Juan, es el mismo gozo que pueden experimentar hoy día los Facilitadores de Satura…

Carlos Yomayusa M.

Satura Colombia

Bogotá